Para inspirarme en mi obra, me he conectado primero con el vacío que deben sentir esos niños y niñas cuando están carentes de cariño, en un entorno emocionalmente hostil. Por eso los he ubicado en el cuadro, sobre un suelo estéril, desierto. La niña que mira al espectador nos reclama con su serena mirada ¡estamos aquí!
En segundo lugar, he representado la riqueza cultural y solidaria, que una ciudad, en e
En segundo lugar, he representado la riqueza cultural y solidaria, que una ciudad, en e
ste caso la multicultural Málaga, puede ofrecerles para su legítimo desarrollo. Situando en la composición a dicha ciudad alejada de los niños, para que al aparecer el tercer elemento: El árbol, que simboliza La asociación “Nuevo Futuro”, aglutine y aproxime a ambos.
Árbol que los ampara y que los guía; Y mimetizada en él, como si formara parte del mismo, en pie, una niña. Como un tótem o emblema protector, que les indica a los otros dos niños el camino.
Es niña y es poderosa, porque así he percibido yo, a las mujeres de Nuevo Futuro de Málaga, que con tanta la ilusión y vitalidad dedican su tiempo a conseguir que este milagro suceda.
Y entre las ramas del árbol, dos Haikus.
Cuarenta inviernos
regalando futuro
cobijando almas.
Árbol abrigo,
cicerones tus brazos
esquejes de amor.
Árbol que los ampara y que los guía; Y mimetizada en él, como si formara parte del mismo, en pie, una niña. Como un tótem o emblema protector, que les indica a los otros dos niños el camino.
Es niña y es poderosa, porque así he percibido yo, a las mujeres de Nuevo Futuro de Málaga, que con tanta la ilusión y vitalidad dedican su tiempo a conseguir que este milagro suceda.
Y entre las ramas del árbol, dos Haikus.
Cuarenta inviernos
regalando futuro
cobijando almas.
Árbol abrigo,
cicerones tus brazos
esquejes de amor.
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